
Sin embargo, si hablábamos de que la situación desmovilizadora no debía crearnos una sensación de derrota pues sabemos que la lucha es un proceso largo repleto de altibajos, en esta ocasión tampoco podemos dejarnos llevar por un exceso de confianza.
Las contradicciones internas del 15-M y de los sindicatos son manifiestas, existiendo una excesiva desconfianza a las estructuras clásicas de lucha por parte de unos, y una burocratización considerable en los segundos. Para las y los comunistas debe ser una prioridad hacer confluir estos espacios, pues sólo una oposición realmente de masas será sinónimo de conquistas.
La reforma constitucional, los recortes en la educación pública, o las políticas económicas y laborales del Gobierno en los últimos meses son un claro ejemplo de esta posible confluencia.
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