
Esta experiencia histórica generó grandes contradicciones en el seno del PSOE, que en 1920 realiza una conferencia para decidir sobre su posible entrada en la III Internacional, ganando por un mínimo margen la posición favorable a la entrada, por lo que la decisión se pospone a su Congreso. Finalmente, las reticencias de parte del PSOE a entrar en la III Internacional se saldarían con la escisión de la dirección nacional de las Juventudes Socialistas y de varias federaciones del PSOE para formar el Partido Comunista Español ese mismo año.
Al celebrarse el Congreso, las posiciones favorables a entrar en la III Internacional vuelven a ser mayoritarias, pero desde la postura contraria se consiguen imponer condiciones para la entrada que no serán aceptadas por la Internacional. El PSOE vuelve a celebrar un congreso donde las posiciones favorables serán derrotadas, lo que se salda con una nueva escisión de parte del partido que formará el Partido Comunista Obrero Español.
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