A pesar de no tener jurisdicción sobre el Territorio no Autónomo del Sahara Occidental, el régimen marroquí procedió a juzgarlos en un tribunal militar que a juicio de numerosos observadores internacionales presentes durante el proceso, no contó con las debidas garantías por falta de pruebas. Tras nueve días de juicio y siete horas de deliberación, el tribunal militar marroquí condenó a nueve cadenas perpetuas, a cuatro a 30 años de prisión, a siete a 25 años de prisión, tres a 20 años de prisión y dos han sido puestos en libertad ya que la sentencia es inferior al tiempo que ya han pasado en prisión preventiva.
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