Llegamos a este 28 de septiembre, Día Internacional por la despenalización del aborto, con la noticia de la modificación de la ley del aborto para el próximo mes de octubre y denunciando, asimismo, todas las medidas a las que nos hemos visto sometidas en los últimos meses simplemente por el hecho de ser mujeres.
Todas ellas no son más que un reflejo de los intereses del gobierno y la sumisión a las demandas de los sectores más conservadores de la derecha que, junto con la Iglesia Católica, pretenden volver a establecer el modelo de familiar patriarcal tradicional.
Ahora más que nunca estamos siendo testigos de una de las regresiones más brutales de la historia contra los derechos de las mujeres. Por ello, nos vemos obligadas a denunciar esta situación como otra forma más de violencia patriarcal que nos impone el actual gobierno, y manifestar nuestra defensa del aborto libre y el derecho a decidir de las mujeres.
Los nuevos cambios en la ley, no sólo establecen de facto la primacía de unos criterios médicos frente a la voluntad de la mujer para poder decidir libremente, sino también dispone la integridad del feto sobre los derechos fundamentales de las mujeres. A esto se le suma la exclusión de lesbianas y mujeres solteras de los tratamientos de inseminación artificial de la sanidad pública, obligándoles a mantener relaciones heterosexuales para quedarse embarazadas y/o casarse para satisfacer los deseos de las ideologías más conservadoras de este país.
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