La Unión de Juventudes Comunistas en Cuenca ve con sorpresa
y con estupor cómo el Ayuntamiento da alas al proyecto de acceso rodado al
Casco Antiguo desde la Hoz del Júcar.
Son muchos y desde distintas ópticas los argumentos que nos
llevan a rechazar semejante proyecto. El primero y fundamental es el económico.
Nos parece increíble que el Ayuntamiento de la capital, arruinado
económicamente, pretenda iniciar una obra de características faraónicas
introduciendo de lleno la especulación urbanística en la hoz del río Júcar y en
el Casco Antiguo. Un Ayuntamiento con una deuda, ilegítima en muchos conceptos,
que asciende a 80 millones de euros y que está intervenido por el Ministerio de
Hacienda durante los próximos diez años en virtud de los acuerdos suscritos
para acogerse al Plan de Proveedores.
Y es que la deuda es otro de los grandes problemas de la
ciudad. Pero parece que diez años de intervención económica, diez años de que
las y los conquenses no puedan decidir en qué invierten su dinero, no es
suficiente para el PSOE. Porque en lugar de pagar esa deuda odiosa utilizarán
el dinero en proyectos especulativos como éste.
Por otra parte, hemos de rechazar que la vía para salir de
esta crisis sea nuevamente la especulación urbanística. Al igual que en
Gamonal, el alcalde de Cuenca quiere implantar la misma receta que el pueblo de
Burgos rechazó en sus calles. Que es exactamente la misma receta del Plan Urban
de San Antón, que implantó el PP sin ningún beneficio para la vecindad.
Especulación de la que la beneficiaria, esta vez, será la
Iglesia Católica. Puesto que es el Obispado el que pone a disposición del
Ayuntamiento las huertas del Seminario para ello. ¿Con qué objetivo? ¿Para qué
puede necesitar la gente subir en coche hasta el Seminario? Un seminario vacío
de vocaciones, sin apenas aspirantes a cura, un edificio tan grande y tan bien
situado en el Casco Antiguo. No queremos pensar mal, pero nos lo ponen
francamente difícil.
Y todo ello, bajando a lo más cotidiano, con las obras de
la Plaza de Mangana sin ejecutar, filtrando el agua que ha derruido el muro de
la calle Alfonso VIII, otra obra pendiente. Por no hablar del Jardín de los
Poetas y de tantos otros problemas de los que adolece el Casco Antiguo y que
requieren inversiones mucho más sencillas y menos impactantes.
Finalmente quedan los puntos de
vista ecológico e histórico-cultural. Porque este proyecto supone una cicatriz
en plena Hoz, en nuestro mejor entorno natural y en nuestro mejor entorno
histórico. Se pretende llenar la hoz de coches. Recordemos que nos jugamos,
nada más y nada menos, que el título de Patrimonio de la Humanidad de la
UNESCO. Y recordemos que este título ya estuvo en vilo con un proyecto mucho
menos impactante como era el de los remontes mecánicos en la Hoz del Huécar.
Frente
a la especulación y los intereses de unos pocos, ¡un Gamonal en cada ciudad!
República
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