El verano toca a su fin, pero no con
ello el trabajo y las reivindicaciones de un colectivo clave en la extinción de
incendios y mantenimiento de nuestros bosques. Las BRIF (Brigadas de Refuerzo de
Incendios Forestales) han vuelto a dar visibilidad a la lucha por la mejora de sus
condiciones laborales. El miércoles 10 de septiembre hubo movilizaciones en
todo el Estado, secundadas en las dos sedes de Castilla-La Mancha, la de Cuenca
y la de Toledo, con un seguimiento del 90% de la plantilla disponible. Estas movilizaciones tendrán su continuación en la huelga programada para el próximo 9 de octubre.
Las principales reivindicaciones que se
exigen son:
Que se les ofrezca una salida adecuada
cuando, después de 30 años de trabajo, no puedan rendir al 100% como hacen
debido al paso de los años y los esfuerzos realizados.
Aumentar el plus de extinción que
actualmente es de 3€ al día, el cual cubre la peligrosidad, turnicidad y
disponibilidad. Hay que recordar el peligro que entraña esta actividad de
extinción, ya que lamentablemente es muy habitual que existan graves accidentes
que incluso llegan a costar la vida, como ha ocurrido en Almansa el pasado 13
de septiembre con el piloto de otro de los colectivos que lucha contra los
incendios, GEACAM, mientras trabajaba en las tareas de extinción. Por su parte,
los directivos de TRACSA llegan a cobrar 50.000€ en concepto de bonus, sin necesidad
de tener siquiera que a acercarse a una llama de fuego para conseguirlo.
Las y los trabajadores de las BRIF demuestran
que no quieren ser unos peones más del tablero de recortes y precariedad
laboral del Gobierno, ya que otra de las reivindicaciones que piden es dejar de
estar encuadrados precisamente en la categoría laboral de peones, la más baja
de toda TRAGSA, para pasar a estar en la que realmente desempeñan, bomberos
forestales.
Hay que recordar que las BRIF dependen
del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, que a través de
la empresa pública TRAGSA gestiona este colectivo. Tanto en el caso de TRAGSA,
como en GEACAM, tenemos dos ejemplos de las políticas de privatización y
desmantelamiento de todo lo público por parte de los diferentes gobiernos del
ppsoe. Por un lado privatizan las que son rentables, servicios públicos que
perfectamente se podrían hacer de una forma muy eficiente llevadas directamente
por parte de las administraciones públicas, con un menor coste y mejores
condiciones laborales para las y los trabajadores. Pero en su lugar, prefieren
subcontratar estos servicios, aunque sea a través de empresas públicas como
TRAGSA, lo cual es bien conocido como uno de los principales focos de
corrupción y enchufismo, en cuya cúpula colocan a los amigos de los partidos
del régimen. Para terminar, el presunto ahorro de dinero y mayor eficiencia se
consigue gracias a que las y los trabajadores desarrollen sus actividades de
una forma precaria, con salarios por debajo del que justamente les corresponde
y recortes en seguridad y mejora de equipos. TRAGSA en lugar de invertir la
partida que recibe por las BRIF cada año en mejorar las condiciones y el
servicio prestado, se lleva como beneficio el 65% de la partida que recibe del
Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medioambiente. Mientras tanto, los
directivos se posicionan en contra esas mejoras para la mayoría de la plantilla
y un mejor desarrollo de su actividad, pero no aceptan ni tan siquiera bajarse
el salario al nivel del que percibe el presidente del gobierno, Mariano Rajoy,
fijado en 78.185,04€, como trascendió en varios medios de comunicación tras las
negociaciones de 2013 en TRAGSA para frenar el ERE.
Esta lucha es una lucha de todas y
todos, ya que además de exigir unas condiciones laborales justas para las BRIF,
apoyándola se apoya el cuidado y el mantenimiento del medioambiente en todo el
estado. Algo que no parece importar en absoluto a los distintos gobiernos
estatales y regionales, que en lugar de mejorar las condiciones y potenciar
tanto a las BRIF, como al resto de trabajadoras y trabajadoras de TRAGSA que desarrollan
su actividad profesional en el campo y a GEACAM, lo que hacen es privatizar
montes públicos, no hacer nada para evitar el despoblamiento de nuestro medio
rural, destruir todas las posibilidades de progreso en energías renovables para
en su lugar apostar por el fracking y traernos un basurero nuclear como fuente de
lo que denominan progreso.
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