Una encuesta del CIS revela que uno de cada tres jóvenes en el Estado Español considera inevitable o aceptable la violencia de control. Impedir a la pareja que vea a su familia o amistades, no permitirle que trabaje o estudie, o vigilar sus horarios son ejemplos de este tipo de violencia. Decirle, en definitiva, lo que puede o no puede hacer y poniendo a las mujeres siempre en una situación de inferioridad.
El 50% de los hombres y el 37% de las mujeres menores de 25 años piensa que los celos son una prueba de amor. Las víctimas de violencia machista a las que los jueces otorgaron medidas cautelares u órdenes de protección aumentaron en 2014 entre las mujeres más jóvenes. Un total de 576 mujeres menores de 18 años figuran en el registro central del Ministerio de Justicia, un 15,4% más que el año anterior. El 30% de jóvenes, entre 12 y 24 años, cree que “cuando la mujer es agredida, algo habrá hecho”.
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