Desde las Juventudes Comunistas de España en Cuenca nos adherimos al comunicado y hoy hemos asistido a la movilización contra la guerra y por la paz de este Sábado 28 de Noviembre, convocada en Cuenca a las 12h en Plaza España. Desde la convicción de que es necesario señalar que el verdadero enemigo es el sistema capitalista, el cual en su lógica interna, necesita la guerra para sobrevivir y seguir acumulando beneficios, mientras los muertos los pone el pueblo.
A nuestro entender el extremismo terrorista religioso es una creación y una herramienta en manos del imperialismo para implantar sus planes hegemónicos, creada y apoyada por los mismos, principalmente la OTAN y la Unión Europea junto con Turquía y el estado sionista de israel.
Ademas, consideramos importante señalar que no es posible practicar una política exterior de paz y basada en el respeto a los DDHH mientras sigamos dentro de estructuras como la OTAN o la UE.
Desde la UJCE, ante los hechos de las recientes semanas y meses, con especial atención a los atentados ocurridos en París el pasado 14, sin olvidar los atentados ocurridos en Beirut el 12 de noviembre, y el brutal atentado en Nigeria ocurrido hace unos días, queremos transmitir nuestro más profundo pésame a las familias de las víctimas, así como mostrar nuestra máxima repugna y rechazo ante dichos atentados y sus responsables.
Sin embargo, consideramos que es preciso señalar que estos atentados que el auge del terrorismo fundamentalista islámico en sus diversas expresiones, no ha surgido de la nada. Ha sido la necesidad de las distintas potencias imperialistas, otrora metrópolis coloniales, y sus necesidades de acumulación inmersas en la lógica capitalista de la competencia desaforada, la que ha apoyado, financiado, amparado políticamente y armado a dichos movimientos extremistas.
El llamado Estado Islámico, nutre sus filas de combatientes procedentes de grupos como Al Qaeda, Frente al Nusra o el autodenominado Ejército Libre Sirio, formados todos en su gran mayoría por mercenarios de hasta una veintena de países y que a su vez reciben financiación y asistencia de los distintos aliados regionales del imperialismo, como Israel (que proporciona inteligencia y ayuda médica y militar al Frente Al Nusra), Turquía (que proporciona bases de apoyo, armas, soldados y logística), Arabia Saudí (que ampara ideológicamente a través de su corriente extremista del islam, el wahabismo) mientras que EEUU, y las principales potencias Europeas, dan apoyo político, mediático así como militar a dichas fuerzas bajo la excusa de ser “rebeldes”.
Así pues, el llamado Estado Islámico, no es más que la expresión superior de estas otras fuerzas extremistas, creada con el fin de destruir y dividir su región, a fin facilitar el pleno dominio y acceso a los recursos naturales sobre las cenizas de lo que antes fueran gobiernos laicos, tal y como ocurrió en los 80 con la extinta República Democrática de Afganistán.
Esta organización extremista, que a diferencia de las anteriores usa una lógica militar de ejercito ocupante, que ya usaran otros imperios como el francés o el norteamericano en sus intervenciones y ocupaciones, basada en el dominio y expolio natural y cultural del territorio, así como la violencia desaforada contra fuerzas enemigas y/o civiles orientada a generar terror, que a su vez se ha usado para justificar nuevas intervenciones militares en Siria, Irak etc.
Dicha intervención militar de la llamada coalición, aparte de ser ilegal, pues no está autorizada por el gobierno Sirio, ni por el Consejo de Seguridad de la ONU, se ha demostrado totalmente ineficaz contra los grupos extremistas, mientras que por otro lado ha supuesto numerosos bombardeos contra la población civil e instituciones internacionales (lo cual supone un crimen de guerra), así como numerosos recortar derechos y libertades. Ambas medidas se han demostrado como francamente ineficaces, además de injustas y bárbaras.
En este sentido, entendemos que tanto la política belicista de EEUU-UE y la OTAN, en las últimas décadas, lejos de haber ayudado a mejorar la seguridad internacional y eliminar el terrorismo fundamentalista islámico, ha empeorado la situación y la gravedad del conflicto, tal y como era su objetivo.
No comprendemos por lo tanto, la popularización de posiciones comprensivas o tolerantes al respecto de la OTAN que en los últimos meses vienen haciéndose más comunes en el ámbito de la izquierda en nuestro país.
Sobre la cuestión de la guerra imperialista y la participación de la clase trabajadora en esta o en sus estructuras como la OTAN, solo podemos alzar la voz con un rotundo NO, tal y como hemos hecho desde la fundación de esta organización criminal y terrorista.
Por todo esto, desde la Juventud Comunista:
- Rechazamos tajantemente cualquier intervención militar del gobierno español en Siria e Irak, mientras reiteramos nuestra exigencia a la retirada de tropas en los contingentes de la OTAN de Turquía, entre otros países.
- Exigimos la salida unilateral de la OTAN y sus distintas estructuras. Abogamos por una política exterior basada en la paz, la solidaridad y la cooperación, alejada de toda tentativa injerencista.
- Exigimos la revisión de todos los acuerdos de venta de armas del gobierno de Rajoy y la promoción de un embargo de armas a las empresas que vendan armas o suministros a dichos grupos o a países sospechosos de facilitar armas a dichos grupos. Asimismo, consideramos que una vía efectiva para la derrota de estos grupos es la imposición de sanciones a los monopolios energéticos que hoy día compran el petróleo que el Estado Islámico expolia en Irak y Siria.
- Asimismo, consideramos despreciable las actitudes de muchos medios de comunicación y representantes políticos, ocultando todo lo anterior y fomentando la criminalización de migrantes, musulmanes, refugiados, etc. Esta criminalización no es otra cosa que una reacción criminal y cómplice de los planes del imperialismo, ante un conflicto en el que grupos como los refugiados no son los culpables, sino las víctimas.
