La semana pasada fue una semana triste para la clase obrera, pero sobre todo para las mujeres trabajadoras. Fue una semana de ejemplo, ejemplo de la situación que sufrimos las mujeres de este país.
Murieron tres mujeres a manos de sus parejas, a manos del patriarcado violento que fomenta este sistema capitalista. Esa violencia patriarcal es una expresión, la más salvaje, de las condiciones de dominación que sufrimos por el mero hecho de ser mujeres.
Esa discriminación no es casualidad, esta herencia de dominación patriarcal esta sustentada por este sistema, el capitalista, que nos necesita discriminadas. Nos necesita separadas del resto de la clase trabajadora, para que hagamos las peores tareas y por menos dinero. Necesita de un ejército de reserva, de mano de obra que bien trabaje en silencio en sus casas manteniendo una parte fundamental de esta sociedad o que pueda utilizar como mano de obra barata en empleos donde cobramos hasta un 40% menos que los hombres.
0 comentarios:
Publicar un comentario