Desde el 2008, el sistema capitalista entró en un nuevo periodo de crisis. La crisis sistémica que comenzó en los Estados Unidos alcanzó a Europa y ha tenido muchas consecuencias negativas para la clase trabajadora de nuestro continente.
El mecanismo impulsor de estas medidas, la “Troika” (UE, BCE y FMI) con sus medidas para salvar al capitalismo, apoyadas por los gobiernos socialdemócratas y derechistas, no han podido ni podrán detener la crisis, y lo que es peor, aplican cada vez más políticas reaccionarias, que dirigen a los pueblos a situaciones muy complicadas mientras continúa la profundización de la crisis capitalista.
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